Declaración Política de Doha: Renovado compromiso con el progreso social y el desarrollo

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La Declaración Política de Doha, que será formalmente adoptada en la Segunda Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, fue acordada por consenso a través de un proceso de negociación intergubernamental celebrado en las Naciones Unidas en Nueva York. La Declaración marca un momento crucial en el esfuerzo mundial por acelerar el progreso social, erradicar la pobreza y construir sociedades más inclusivas, justas y sostenibles. Reafirma los compromisos asumidos en Copenhague hace treinta años, adaptándolos a los desafíos actuales y a las ambiciones de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Un llamado a la acción renovada


La Declaración se abre con una firme reafirmación de la Declaración de Copenhague sobre Desarrollo Social y el Programa de Acción. Destaca tres prioridades interrelacionadas —erradicación de la pobreza, empleo pleno y productivo y trabajo decente para todos, e integración social— como esenciales para lograr el desarrollo sostenible. Los líderes enfatizan que la justicia social y el desarrollo son inseparables de la paz, la seguridad y el respeto de los derechos humanos.

Logros clave y brechas


La Declaración reconoce avances globales significativos desde 1995: reducción de la pobreza extrema, mejor acceso a la educación, la salud y la protección social, y tasas de desempleo históricamente bajas. Sin embargo, subraya que los progresos han sido desiguales, con desigualdades persistentes, brechas de género, alta informalidad laboral, divisiones digitales y crecientes crisis humanitarias que revierten los logros alcanzados con esfuerzo.

Compromisos


La Declaración refuerza los compromisos en varias áreas críticas:

  • Erradicación de la pobreza: adopción de estrategias holísticas que aborden la pobreza multidimensional, el hambre y la malnutrición, con énfasis en la resiliencia, la financiación y los sistemas de protección social.

  • Trabajo decente y transformación económica: promoción de políticas macroeconómicas para la creación de empleo, formalización del trabajo informal, desarrollo de competencias (incluidas las relacionadas con transiciones hacia la IA) y estrategias de empleo sensibles al género.

  • Integración social: construcción de sociedades inclusivas y cohesionadas mediante la lucha contra la discriminación, el fomento de la solidaridad intergeneracional, la atención a las personas sin hogar y el empoderamiento de los grupos marginados, incluidas las personas con discapacidad, los pueblos indígenas y las personas mayores.

  • Seguridad alimentaria y salud: fortalecimiento de sistemas alimentarios resilientes, acceso universal a la atención médica, servicios de salud mental y preparación frente a pandemias.

  • Transformación digital e inteligencia artificial: cierre de brechas digitales, acceso equitativo a las tecnologías y protección de los derechos humanos en la era digital.

  • Clima y resiliencia: integración de la protección social adaptativa con la reducción de riesgos climáticos y de desastres, en consonancia con el Acuerdo de París y el Marco de Sendai.

  • Igualdad de género: eliminación de barreras a la plena participación de las mujeres en la sociedad, reducción de la carga del trabajo de cuidados no remunerado y lucha contra la violencia y la discriminación por motivos de género.

  • Financiación del desarrollo social: avance del Compromiso de Sevilla para cerrar las brechas de financiamiento, reformar la arquitectura financiera internacional, fortalecer la cooperación fiscal y cumplir los objetivos de la AOD.

El camino a seguir


La Declaración establece un proceso de seguimiento, incluido un examen de alto nivel en 2031 por la Asamblea General. Encarga a la Comisión de Desarrollo Social que actúe como principal órgano de seguimiento y pide a las comisiones regionales, a las entidades de la ONU y a las instituciones financieras que refuercen la coherencia, la coordinación y las alianzas. La sociedad civil, los interlocutores sociales, la juventud, la academia y el sector privado son reconocidos como actores indispensables para la implementación.

Una visión para el futuro


La Declaración Política concluye con una visión compartida de un mundo libre de pobreza, hambre y discriminación. Llama a un futuro definido por la equidad, la solidaridad y la dignidad para todos. Más que una reafirmación, representa una renovada determinación de transformar los compromisos mundiales en acciones tangibles.


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