Discurso del Embajador Luis Gallegos

Evento Conmemorativo de la Entrada en Vigencia de la Convencion sobre los Derechos Humanos de las Personas con Discapacidad y su Protocolo,  12 de mayo de 2008

Señoras y señores:

Agradezco por el honor de participar, a título personal, en este segmento del evento de Conmemoración de la entrada en vigencia de la Convención sobre los Derechos Humanos de las personas con Discapacidad, el 3 de mayo pasado, luego de la entrega del Instrumento de Ratificación por parte de la República del Ecuador, mi Patria, que está  comprometido con la causa de la discapacidad y que ha liderado las iniciativas para lograr un ordenamiento jurídico vinculante para eliminar la exclusión, discriminación y segregación de 650 milliones de personas.

Una persona nace con discapacidad, la adquiere durante su vida por enfermedad, accidente, guerra, desastres naturales y las graves consecuencias del subdesarrollo, de la pobreza y la misera. Pero también hay que recordar que todos en la vejez tendremos algún tipo de discapacidad. Por ello, no sólo se limita este logro a quienes tienen una discapacidad, sino a la humanidad entera.

Hoy conmemoramos el comienzo de una nueva etapa del cambio paradigmático que ha significado la entrada en vigencia del séptimo instrumento universal de derechos humanos y el primero de este siglo.

El problema, damas y caballeros, no es sólo  responsabilidad de los Estados o Gobiernos, es escencialmente de las sociedades. La exclusión, discriminación, segregación, tienen raíces que rebasan lo que se puede corregir con leyes. Implican una profunda transformación de la comunidad de personas con discapacidad para que asuman una participación más activa en los procesos de decisión, para que hagan verdad el grito de guerra de “Nada sobre nosotros sin nosotros” y que continuen unidos en sus propósitos, como lo hicieron en la negociación de la Convención.

Este avance en el derecho internacional,  también trae la propuesta de un cambio  revolucionario de las conductas de las sociedades, muchos de cuyos integrantes  miran el proceso de alcanzar la equidad social con recelo, con falta de auténtico humanismo y  muchas veces con ignorancia. Romper las barreras impuestas a las personas con discapacidad es un reto nada fácil.

El mayor logro alcanzado, es que hoy, luego de un largo proceso de negociaciones difíciles, hablamos un mismo “idioma universal” que se generó en las salas de reuniones de las Naciones Unidas en Nueva York. Este nuevo idioma permitirá a los convencidos de la necesidad de cambiar nuestras sociedades y volverlas más inclusivas, integradas y equitativas avanzar en acuerdos comunes, con objetivos claros y metas realizables, pero sobre todo, promover en el mundo la causa que nació con este esfuerzo y con la cual estamos identificados todos

Por último, quiero agradecer a quienes coadyuvaron en este esfuerzo. Como ex Presidente del Comité Ad Hoc del 2002 al 2005, debo reconocer el trabajo profesional de los miembros de la Misión del Ecuador que me acompañaron en la negociación, a los integrantes de la mesa que apoyaron mis esfuerzos, a la Secretaría del Comité, a las delegaciones de los países más comprometidos, pero sobre todo a la comunidad de personas con discapacidad sin cuyo aporte y decidida colaboración no hubiese sido posible alcanzar este logro histórico. La negociación culminó en la Presidencia del Embajador Don McKay a quien rindo especial homenaje el día de hoy.

Agradezco al Señor, la oportunidad y el honor de haber participado en esta gesta de reivindicación de los derechos escenciales del ser humano.

 

Discurso del Embajador Luis Gallegos [WORD]

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